Derecho Proactivo

El Derecho Proactivo es una forma de ejercer el Derecho y de relacionarnos con nuestros clientes que supera las de los despachos tradicionales.

El ejercicio proactivo del Derecho supone una forma de entender el Derecho, unas habilidades, procesos y procedimientos que permiten identificar oportunidades a tiempo, controlar posibles problemas cuando aún es posible evitarlos, aportando soluciones que se sirvan del Derecho para crear valor, reforzar las relaciones de negocio y manejar debidamente el riesgo.

En el ámbito de los contratos mercantiles, el ejercicio proactivo del Derecho supera la concepción tradicional del contrato como salvaguarda para el caso de incumplimiento de una de las partes para generar contratos que sirvan para desarrollar relaciones de negocio productivas en entornos de confianza, que brinden a las partes los medios para la consecución sus objetivos comunes conforme a sus respectivos planes de negocio. El contrato debe ser un instrumento que colabore al éxito del negocio.

El Derecho Proactivo se ha desarrollado en entornos corporativos que necesitan aplicar unos principios de calidad, agilidad y gestión del riesgo que mejoren sus procesos de negocio y se enfoquen fundamentalmente en los objetivos del negocio en lugar de en las cuestiones legales.
En Law21 consideramos una necesidad entender a fondo lo que quiere conseguir nuestro cliente, así como los riesgos que considera aceptables. Sólo de Esta forma podemos proponer soluciones que aporten verdadero valor.

La mayoría de los problemas provienen de malos entendidos y de la generación de expectativas equivocadas; el Derecho Proactivo se centra no en prever como se aplicará el Derecho en base a los precedentes legales y jurisprudenciales existentes (que es la base del análisis procesal) sino en crear instrumentos y prácticas legales razonables que conformen las líneas de actuación de las partes y los hechos futuros.

Para ello es necesario comprender el objetivo que se pretende alcanzar con un contrato y asegurar que las partes tienen un correcto entendimiento de todas y cada una de las cláusulas. Por lo que es imprescindible una íntima interacción con el cliente que es quien mejor conoce su negocio.

Esta nueva forma de entender el Derecho se sirve de algunas disciplinas igualmente nuevas, como el Design Thinking que, desde nuestro punto de vista, supone incorporar el Diseño al pensamiento legal a través de instrumentos como el Legal Design aplicado a los contratos.
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